Daniela Castro: Taller de Amereida X
AMEREIDA
Clase 1
Jaime en la primera clase de Amereida hace referencia a la capacidad de escuchar la poética,
“no depende directamente de la oreja, si no, que de oírla con el corazón”.
Para oír la palabra poética debemos primero leerla, las características de esta lectura surgen
mejor desde Nietzsche, se califica a la filología como el arte de la lectura lenta.
Demorarse en algo en lugar de pasar rápidamente por los textos cosechando informaciones
es, en verdad, un arte. La lectura refiere a la escritura, y esta a su vez tiene su origen en
el lenguaje. Leer es dejar que te hablen, y entender la palabra poética tiene relación con el
dejarse calar con la palabra. ¿Quién puede leer sin comprender?, todo lo que no sea comunicar
con la palabra, todo lo que no tenga sentido es balbucear, hablar entrecortadamente, deletrear.
El habla requiere, pues, comprensión de la palabra que se dice, en el escrito “Hölderlin y la
esencia de la poesía”. Heldergger habla y reflexiona sobre la importancia de ser de la poética,
ese más allá que la poesía tiene, la capacidad de calar un poco mas adentro.
“No es la palabra uno de estos instrumentos que están siempre al alcance de la mano; la
palabra es todo un acontecimiento histórico, el que dispone de la suprema posibilidad de que el
hombre sea”
Clase 2
En esta clase Jaime y Carlos mencionan el asombro como un estado de traer al presente, el
hallazgo.
El asombro es en una definición literal, una impresión al estado anímico de una persona,
provocado por algo bueno. Esto coincide con el hallazgo, el hallazgo de descubrir América,
de las obras en travesías o de la filosofía como dice Aristóteles, que (quien) sentencia que
“la filosofía comienza con el asombro”. Por lo tanto, el estudio de nosotros mismos y nuestros
comportamientos comienzan con el asombro y la capacidad de ver por primera vez, de estudiar
esta nueva cosa que vemos, esta nueva realidad.
Gracias al asombro tomamos conciencia de lo que nos rodea. Nos asombramos porque somos
ignorantes, si supiéramos que es lo que nos asombra, no nos asombraría.
Conquistar la ignorancia no es tarea fácil. Sócrates, en la “Apología” de Platón, ya habla que
incluso “el hecho de reconocer nuestra propia ignorancia puede ser difícil y es demasiado
frecuente”.
“La filosofía comienza en el Asombro”
Aristóteles.
Clase 3
Lo abisal, referente al abismo, casi cada vez que estamos en travesía estamos viviendo lo
abisal.
Nuestra ventaja es la observación ya que el abismo desaparece al caer en la cuenta, ya que si
caemos en la cuenta no nos volvemos a equivocar.
“La primera observación que quisiera hacer es que la observación, tal como la conocemos aquí
y en su sentido mas radical, es posible porque ‘la condición humana es poética, y por ella el
hombre vive libremente en la vigilia de hacer un mundo’.
El hombre esta irremediablemente llamado y obligado a hacer y rehacer el mundo. Vale decir
a reinventarlo una y otra vez [nótese que etimológicamente la palabra invento tiene que ver
con ‘ventura’, y consecuentemente con ‘aventura’].
Y esta urgencia y obligación, puede cumplirse por que tiene la posibilidad de ver el mundo, su
mundo, siempre de nuevo, de verlo por primera vez.
Tenemos entonces que este medio que nos envuelve, y donde transcurre nuestra vida”.
Fabio Cruz, La Observación.
Clase 4
La teoría de Dockins no dice que estamos condenados por los genes, pero que estos si
dominan nuestro ser porque estos si dominan nuestro ser (esta repetido) porque su único
propósito es sobrevivir en la selección natural.
Como podría una cifra de datos almacenar nuestro ser y definir quien somos, que nuestro
entorno afectaría la mitad en nuestra selección natural.
La relación de esta situación de definición de quien somos nos permite encontrar nuestra
condición humana, por las similitudes que tenemos los seres humanos, una de estas y la más
nombrada es la capacidad de la razón y (de la cual) Alberto Cruz nos dice “que la condición
humana es poética, es decir que vivimos por ella…”.
La condición humana es un término que abarca la totalidad de la experiencia de ser humanos
y de vivir vidas humanas. Como entidades mortales, hay una serie de acontecimientos
biológicamente determinados que son comunes a la mayoría de las vidas humanas, y la
manera en que reaccionan los seres humanos constituye la condición humana.
Para la filosofía una parte importante de la condición humana está intentando determinar
simplemente que es la condición humana.
Esta condición filosófica está estrechamente relacionada con la condición poética y estas con la
condición genética, esto es el SER.
“La condición humana es poética, es decir que vivimos por ella”
Alberto Cruz
Clase 6
El abismo de que habla Amereida es el espesor entre los hombres. La travesía es el abismo de
América, porque para cruzar con el abismo de América hay que ir a campo traviesa, que es lo
mismo que dejarse atravesar, ir a tientas.
La condición humana, poética según nosotros, tiene la voz; en una noche de oscuridad espesa
donde todos los sentidos se ven anulados solo tenemos la voz.
Hoy nuestro continente no tiene certeza sobre el origen de sus pobladores, como tampoco
tiene determinadas las fechas del comienzo. Las ciencias establecen unos referentes y aceptan
algunas aproximaciones, lo mismo que construyen interpretaciones, algunas (una) de las
interpretaciones al descubrir o mas bien al sorprenderse con América, la tiene Antonio Pigafeta,
navegante florentino que acompañó a Magallanes en el viaje alrededor del mundo. Escribió su
paso por América en una crónica rigurosa que sin embargo (más bien) parece una aventura de
la imaginación, contó (describió) que había cerdos con el ombligo en el lomo, y unos pájaros
sin patas cuyas hembras empollaban en las espaldas del macho. Toda esta información, fue
la voz en el espesor de la América desconocida, fue la voz hasta que con palabras ciertas se
habla de América y se vuelve a descubrir.
“… hay que ir a campo traviesa
Que el camino nunca es el camino…”
Saber, saber, saber
Nota 49, volumen 2
Amereida
Clase 7
América no ha sido descubierta, pues para descubrir algo hay que sacarle lo que lo cubre y
América ni Chile tienen algún envoltorio, el descubrir no habla del territorio, si no más bien
de nuestros sentidos y capacidades de notar la existencia de algo, el volver a ver del que se
habla en Amereida, no tiene relación con el descubrir, si no con el quitarte el manto de los
ojos, para tener una voz, en el abismo, una palabra que te comunique, comenzar a entender
estos conceptos, es comenzar a entender la poética de América, la poética que parte de la
condición humana, entonces pues, entender que no descubrimos, pero estar asombrándonos y
esperando un nuevo hallazgo es entender lo que somos.
La sorpresa, la palabra, el hallazgo, son, constituyen lo que somos.
Nunca ha sido conquistada América, ella es el horizonte que se alejó apenas alguien quiso
conquistarla, es una mujer huidiza a quien quiera poseerla.
“América no ha sido descubierta.”
Juan Bautista Alberdi.
Carta a Francisco Javier Villanueva, 31 de Octubre 1865