Aucan Lagomarsino: Amereida V° Etapa

De Casiopea



TítuloAmereida V ¿El "regalo" al "Otro"?
AsignaturaTaller Amereida V
Del Curso2° DG
CarrerasDiseño Gráfico"Diseño Gráfico" is not in the list (Arquitectura, Diseño, Magíster, Otra) of allowed values for the "Carreras Relacionadas" property.
Alumno(s)Aucan Lagomarsino Aranda

¿El "regalo" al "Otro"?

La otredad, que al menos desde lo recogido en América podemos interpretar como un "allá"(claro está, tomándose a uno mismo como referencia para determinar un "aquí" y hacer la distinción entre "esto" y "aquello"). Un lugar distante, algo de lo que NO se tiene una certeza concreta, es una figura coherente desde la que entender que significa esa entidad fuera del conocimiento propio: El otro/El misterio.

Según lo entendido en América, el medio para encontrarse con ese "otro" vendría siendo la experiencia vivida durante la instancia de travesía, en otras palabras ese encuentro con lo desconocido, con ese nombrado "mar interior" o "blanco poético" (en algunos casos) viene a ser la situación donde uno se apropia de la experiencia vivida, extrayendo de ella un conocimiento, una suerte de esencia interpretada desde el "aquí" para entender lo que es el "allá".

"El hallazgo de lo nuevo que uno reconoce pero que también al encuentro de nosotros son el otro"

Sencillamente uno aprende de una nueva experiencia, adquiriendo un conocimiento desde las relaciones y criterios del individuo. Esto es aplicable a cualquier otra situación o vivencia en general ya que a partir de cada instancia experimentada se van extrayendo nuevos fragmentos que van formando al sujeto a través de las relaciones que haga entre fragmentos.

"Al observar una carrera de 110 metros con valla se ve una pista con obstáculos, sin embargo el que corre observa una nueva pista que solo ve él. Una pista ondulada , eso es lo que la hace bella la carrera." Godofredo Iommi

Entonces ¿el hincapié está puesto sobre el individuo mismo?, Claro la experiencia es propia, por lo que cada quien es el protagonista de su interpretación, sin embargo se tiene un aspecto permanentemente resaltado dentro de esta experiencia/encuentro con lo desconocido, esta es la moción del "regalo". Qué vendría siendo entonces este principio tan a considerar, ¿simplemente una entrega al "allá" desde el "aquí" que apela a la gratuidad? o sea, simplemente un acto desinteresado más allá de un objetivo, de buscar interesadamente una retribución por parte del otro más allá del acto mismo. Esta es la travesía un sin-objetivo, ir por el simple gusto (por oficio) de ir en esa experiencia/encuentro para con el desconocido, materializándose finalmente a través de una obra. Esa obra es una entrega al "allá" y a pesar de existir como un elemento pragmático a realizar, pierde relevancia en relación a la experiencia de encuentro mismo. Sin embargo si nos ahondamos más dentro de estos principios, se podrían hallar un par de contradicciones posibles a analizar. Entonces:

1°.-La principal paradoja presentada por los principios de la travesía, no es que se necesite de una obra para concretar el encuentro y por tanto el regalo entregado (siendo este punto el primer posible elemento de quiebre, ya que al necesitarse un elemento a concretar, podría considerarse que ya hay un motivo por el cual ir a tal viaje), ya que la gratuidad que este regalo implica entrega ese desprendimiento que permite situar al mismo encuentro con lo desconocido como el agente central de la experiencia, siendo la materialización de la obra no más que una consecuencia de este. No, el dilema surge de un concepto aún más profundo y es el mismo principio de gratuidad, ya que esta noción depende exclusivamente de un trasfondo humano muy basal: El Ego.

De ser verídica esta última afirmación surgiría la situación paradójica de que, si bien uno va con la intención del encuentro con el "allá" desprendidamente de un objetivo concreto (que como ya se explicó, no es la obra misma, un lugar concreto, una persona concreta o una circunstancia física concreta), uno va con la intención de encontrar como resultado o motivo la misma gratuidad como experiencia a experimentar, por lo que pasa a funcionar con la doble naturaleza de desprenderse de un beneficio empírico a costa del "allá" para conceptualmente adquirir por satisfacción propia, personal, no material, ese beneficio abstracto adquirido desde el encuentro que uno termina apropiándose. En palabras sencillas: El regalo es que no hay regalo. Todo de alguna manera u otra se retribuye, por lo que el concepto de regalo pasa a significar más bien desde este punto de vista no más que un simple desprendimiento material y/o de planificación concreta, siendo pagado a través de su misma búsqueda.


2°.- El segundo elemento que presenta cierto nivel de contradicción es el de "allá", el Otro quien es ante el que se presenta el "regalo" (dándole un carácter humano, también puede ser sencillamente un lugar), se entiende como una entidad separada de uno, que es real y presencial, se puede decir entonces que es (a pesar de no estar definido bajo una figura concreta al pertenecer a ese "algo" por definición in-definido/no-concreto que es el misterio) un elemento que "existe", por lo que existen al menos esos dos universos:

a).-El propio, personal, individuo que nos compone, "aquí". b).- El ajeno, impersonal, otro con carácter particular, "allá".

Sin embargo esta afirmación también se puede descomponer si comenzamos a apreciarlo desde otros autores externos al perfil de la escuela. Sin ir más lejos Descartes afirmaba uno de los principios más básicos de la noción de existencia:

"Cogito ergo sum" o "pienso, luego existo"

Si dudo pienso, si pienso existo: Proviene de la instancia hipotética planteada donde el individuo se encuentra embelesado por un "genio maligno" que disfruta alterando las percepciones del susodicho hasta el punto de confundir totalmente su realidad de desearlo así (esta pantomima ya ha sido usada como recurso en distintas historias, por poner un ejemplo cercano y conocido "The Matrix" o uno más reciente "Inception"), provocando que el hombre ya no pueda determinar qué es real de lo que no. Ante esta situación Descartes aplica el criterio antes mencionado que describe como el único punto real a considerar y del cual uno se puede aferrar dándole el atributo de real o verídico: El que si uno piensa, más allá de lo que esté percibiendo por los sentidos que son un recurso abstracto y no de todo fiable (como se acaba de demostrar con el anterior caso), por el simple hecho de hacerlo ya se determina una entidad existente que está efectuando las comparaciones de lo que percibe, ergo la entidad (individuo) ya existe, más allá de las limitaciones de un cuerpo.

Pero entonces, ¿qué vendría siendo el contexto? si ya no podemos determinar con seguridad el principio de si existe o no, ¿dónde queda esa multiplicidad de universos que sería el resto de los individuos? ya que, teóricamente de existir, también significaría que cada uno de ellos funciona como una entidad separada con las mismas propiedades que el "sujeto incorpóreo". Donde queda el Otro. Pasa a formar parte del misterio (allá), de la ausencia de certeza, entra dentro de una nebulosa de posibilidades pasando a materializarse nada más que como una probabilidad: qué tan probable es que ocurra esta posibilidad o esta otra y según qué criterios es más viable que una ocurra más que otra. La causalidad y la lógica entran en juego en ese momento, determinando según parámetros de lo que ha ocurrido antes pilares fundamentales que permiten definir que al abrir la puerta de tu casa es más probable que el panorama al salir sea la calle a una caída de 10 km. de altura. La causalidad determina que al dar un paso uno, ocurrirá un paso dos (que al girar al manilla la puerta se va a abrir), mientras que la lógica te permite encontrar la opción más viable a ocurrir dentro de una cierta circunstancia (al girar la manilla, la puerta lo más probable es que se abra, no se va a cerrar...a pesar de también poder ocurrir infinitas posibilidades como poderse trancar, que se caiga la manilla, esté cerrada desde fuera, etc.).

Pero, hasta este punto todo sigue funcionando. Sigue existiendo un "aquí" y un "allá" que vendría siendo el ente pensante y el misterio que le rodea de forma cotidiana, sin que este pueda determinar que es real o no, pero al fin y al cabo se tiene la seguridad al menos de ese principio.


En la mitología Hinduista existe un curioso caso: Visnú, es un Dios creador que flota por el espacio durmiendo indefinidamente, mientras duerme experimenta sueños de una naturaleza vivida; él sueña con nosotros. El nos crea desde su sueño, en otras palabras nuestra realidad funciona como una simple ficción desde su punto de vista, algo no "real", no "materializado", pero esa realidad también nos incluye a nosotros. Si proyectamos esta misma situación a nosotros mismos, los individuos de nuestros sueños también funcionan como una sencilla ficción para nosotros, por muy reales que se sientan en la instancia y/o mucho que aseveren su existencia como algo solido y definitivo.

Esa situación al aplicarse a nuestra causalidad, lógica y misterio, significa solo una conclusión: No podemos definir qué existe y qué no, siquiera nuestra propia condición como individuos reales, puesto que podemos ser el producto de una ficción la cual es indeterminable si es real o no por muy presencial que sea. Lo mismo se aplica a todo nuestro contexto, por lo que sumando cabos se podría decir que tanto el misterio que surge del "allá" es tan cercano como el misterio propio del "aquí", del propio ser.

Ergo, extrapolando este nuevo principio al América que está en búsqueda constante de una identidad colectiva entre individuos, esta se ve abismalmente abarcada por una duda que abarca a todos sus principios, por lo que al salir a buscar del misterio a través de la travesía, usando los aparentemente insignificantes principios de una "gratuidad" limitada a uno mismo,

[Uno en este mundo está buscando el misterio dentro del misterio]

He ahí donde la poesía surge como una luz que forma, que crea, que existe por el simple hecho de ser. ¿será una existencia por si misma?


"Ellos, estos hombres de aquí, en el fondo aman cuanto parece adverso, como si lo adverso fuera el modo de esconderse púdicamente. ¿Esconder qué? Esconder la profunda libertad en cuerpo y alma que ellos tienen. Ellos conocen y saben del riesgo y por lo tanto de la generosidad. El saludo es aquel gesto de todas las rutas. Ellos aman no tener fronteras ni países, aman el aire siempre abierto e impalpable que quieran o no es implacable a su vez y que hace al ser humano siempre más sapiente."

Clase 23 de Julio