Alexander Jimenez Taller Amereida VII

De Casiopea




TítuloAlexander Jimenez Taller Amereida VII
AsignaturaTaller Amereida VII, Taller de Amereida 2014
Del CursoTaller Amereida VII, Taller Amereida 2014
Alumno(s)Alexander Jimenez

América en blanco

El problema del “yo” y del “otro” se presenta durante toda la historia del continente americano. Existe en este territorio una compleja relación entre su pasado y su presente, que se refleja incluso en la mirada de nosotros mismos frente a él. Durante la conquista de América se llevó a cabo un enfrentamiento cultural que invalidó ciertos aspectos de este territorio y de todos los seres que en él habitaban, adquiriéndose en su lugar otros, impuestos por los españoles.

A través de los ojos de los cronistas de Indias, América se presenta como un territorio en blanco, que es necesario construir. De alguna forma ellos sienten que esta tierra se les entrega, ya que aquí para ellos no hay nada más que nada: desde el suelo hasta el cielo, desde los Dioses hasta la lengua.

Me parece muy peculiar la forma en que se refieren ellos en sus cartas a lo que en América ocurría, la barbarie sin sentido que describen, y la manera en que para ellos todo esto estaba en un estado amorfo e indefinido.

Pedro de Valdivia habla del territorio de Chile y lo describe de una forma muy peculiar, para él no es importante hablar de lo que aquí ocurre en otro nivel más allá de la tierra y de las riquezas que puede traerle. Para su mala suerte, el territorio que llega a conquistar no coincide con el patrón de las conquistas anteriores: indios desorganizados, sumisos, que trabajan para los españoles sin cuestionamiento. Por el contrario, en este territorio los indios son violentos y atacan las ciudades que él funda, porque los consideran como invasores en todo sentido. En la carta que Valdivia escribe al rey no hace referencia a la conquista y a la dominación, porque no existía, sino que hace más referencia al trabajo que llevó a cabo por “sacar adelante” la ciudad que había fundado, por cambiar el “medio hostil” en el que se había asentado, para transformarlo en el mejor lugar para el rey y para la cultura hispánica.

“Fundada y comenzando a poner alguna orden en la tierra, con recelo de los indios habían de hacer lo que han siempre acostumbrado en recogiendo sus comidas, que es alzarse”

“En este medio tiempo, entre los fieros [las provocaciones, bravatas] que nos hacían algunos indios que no querían venirnos a servir, nos decían que nos habían de matar a todos”

“ …de todas partes nos tenían cercados, y con los cristianos y pecezuelas de nuestro servicio que trajimos del Perú, reedifiqué la ciudad e hicimos nuestras casas, y sembrábamos para nos sustentar, y no fue poco hallar maíz para semilla, y se hobo con harto riesgo…”

Carta al Emperador Carlos V Pedro de Valdivia 4 de Septiembre de 1545

De alguna forma en estas referencias puede notarse la forma en que a través del lenguaje se invalida el comportamiento propio del territorio de América, de sus habitantes y de sus costumbres. Para Valdivia es barbarie lo que para los indios tiene orden.

En la carta del fray Bartolomé de las Casas ocurre algo similar pero en un nivel distinto. Si bien él fue uno de los pocos es cuestionar el comportamiento de los colonizadores frente a la esclavización de los indios y de evidenciarlo frente al rey en extensas crónicas que detallaban esta situación, en su postura existe algo también de esta concepción de América en blanco.

“Todas estas universas e infinitas gentes a todo género crió Dios los más simples, sin maldades ni dobleces, obedientísimas y fidelísimas a sus señores naturales e a los cristianos a quienes sirven; más humildes, más pacientes, más pacíficas e quieras, sin rencilla ni bulliciosos, no rijosos, no querulosos, sin rencores, son odios, sin desear venganzas, que hay en el mundo. Son asimismos las gentes , más delicadas flacas y tiernas en complisión e que menos pueden sufrir trabajos y que más fácilmente mueren de cualquiera enfermedad ”

“Son también gentes paupérrimas y que menos poseen ni quieren poseer de bienes temporales; e por esto no soberbias, no ambiciosas, no codiciosas”

“ Son eso mesmo de limpios e desocupados e vivos entendimientos muy capaces e dóciles para toda buena doctrina; aptísimos para recebir nuestra sancta fee católica e ser dotados de virtuosas costumbres”

“Brevísima relación de la destrucción de las indias” Fray Bartolomé de las Casas


Es interesante que fray Bartolomé describa a los indios como seres aptos para recibir la fe y las costumbres. De alguna forma él también concibe a estos seres como un producto en blanco, cuyos dioses y cuya lengua no son los más aceptados. Propone, de alguna forma, lo mismo que Valdivia hace con sus tierras: las trabaja, las limpia, las europeíza. A ellas hay que darle órdenes porque en ellas no hay nada. Fray Bartolomé, por otro lado, comprende que los indios son algo y que tienen algo, pero que no es bueno o que está errado.

El concepto del otro frente al yo planteados en ambos textos es el de un territorio que comienza desde cero, donde no hay nada: donde no hay orden, ni palabras, ni hogares, ni Dioses.

¿En el fondo hay nada?

Esta concepción de América a los ojos de los europeos es muy importante en la postura de nosotros frente a nuestro territorio. Los textos de los cronistas son relevantes porque son fundacionales de lo que conocemos como cultura hispanoamericana, nuestra visión de nosotros mismos está incluso influida por esta configuración lingüística de ellos. El concepto de América planteado en las cartas, la convierten en un artificio europeo que ha influido en la percepción que nosotros mismos tenemos del proceso de conquista, inscrito en el imaginario colectivo: concebimos esto como una limpieza que se llevó a cabo para construir encima.